—Ah, bueno, supongo que eso tiene cierto valor. Que Dios me ayude si alguna vez pierdo el atractivo.
—A mí no me importaría.
—¿De veras? —preguntó Sebastian con una sonrisa
burlona.
—Si... —Se detuvo, violenta de repente—. Si algo le
pasara a tu atractivo, no me importaría tu aspecto. Seguiría... —vaciló—
seguiría queriendo que fueras mi marido.
Que hermoso fragmento
ResponderEliminarBesitos !
Amo la serie Wallflower! Son geniales las cuatro :) Y la manera que tiene Sebastian de cambiar completamente su manera de ser y pensar es de lo mejor, lo adoro jaja (y es sexi....)
ResponderEliminar