Los días que voy con el colectivo a la universidad paso por una cafetería llamada "Café del Encuentro". En ella, siempre veo a un hombre sentado en el mismo lugar leyendo tranquilamente el diario. Puede que sea el dueño, puede también que sea amigo de la casa. Sin embargo, lo que más me gusta de esa escena es la compañía de su hermoso perro, su fiel amigo podría decir. Aquel hombre cuando esta leyendo o tomando su café, acaricia suavemente a su mascota hasta inclusive le da de comer. Todo aquel que me conoce sabe lo mucho que me agradan los animales (si los insectos también Ja!) y comprenden que escenas de este tipo me emocionan un montón. La unión de aquel hombre canoso con lentes, y su perro blanco con manchas de color café son una muestra de puro amor incondicional. Un amor del que todos hablan, pero pocos lo viven.
Que linda historia! Lugares como ese casi no quedan, son de otro tiempo, cuando la gente se tomaba el momento para reunirse y relajarse, sin tanto apuro ante las cosas por hacer... Siempre quise ir a un cafe a tomarme un cappucchino y leer un libro, o llevarme la compu y escribir (lo malo es que esto último me da miedo, tanta inseguridad bajonea un montón).
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