4 dic 2021

Trascendiendo la malvada suma cero

En estos tiempos revueltos (no solo en Argentina, sino en el mundo entero) donde ya ni se que mirar, ni que decir busque en mi biblioteca un libro al azar, y lo abrí. El siguiente fragmento pertenece al libro "El arte de Decidir" de Ezequiel Starobinsky
 
Trascendiendo la malvada suma cero. 

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Las situaciones de tipo ganar-perder y perder-ganar tiene como basamento un paradigma, una forma de pensar de tipo “juego de suma cero”. Es decir, creer que lo que gana uno, lo tiene que perder el otro. Muchas situaciones que abordamos, muchos deseos que perseguimos parecen funcionar bajo esta lógica. A veces simplemente uno quiere algo que implica que el otro no lo obtenga. Es interesante ampliar la perspectiva, porque la gran mayoría de las ocasiones esta lógica puede superarse. Uno piensa que la situación esta limitada a la suma cero, pero en verdad la visión es limitadora en si misma.
Un clásico ejemplo es el dos hermanos pelando por una única bolsa de naranjas. Ambos quieren las naranjas, con lo que esta claro que entre mas naranjas se lleve uno, menos se quedará el otro. Un juego de suma cero. Ninguno se conformaba con la mitad de las naranjas, entonces parecía que nunca llegarían a un acuerdo en la repartija. Hasta que uno de los hermanos tiene el buen tino de comentar: “¡Es que para hacer una jarra de jugo de naranjas necesito todas las que hay en el saco!”. Y automáticamente el otro le dice que solo necesita las cascara de todas las naranjas, para hacer una torta. Hay acuerdo, hay jugo y hay torta.
Cuando aquello que buscamos parece ser a costa de lo que otro quiere o tiene, es positivo preguntarse el “para que” quiero esto, y conseguir que el otro haga lo mismo. Preguntarse “¿Para Qué?” orienta una negociación en sentido de los intereses, y nos aleja de las posiciones fijas, que son en general las que se basan en la lógica ganar-perder y la suma cero.  El ejemplo de las naranjas parece tonto, pero ha habido innumerables casos de negociaciones importantes entre individuos, organizaciones, empresas y países que se han resuelto satisfactoriamente para ambas partes solo con una mirada superados de la suma cero, buscando el ganar-ganar.
Un histórico y emblemático ejemplo ha sido el caso de la negociación por el territorio de Sinaí entre Egipto e Israel.
Israel había conquistado ese territorio estratégico (fundamentalmente por ser una superficie elevada, clave en situaciones bélicas) y Egipto reclamaba su devolución. Las posiciones eran irreconciliables. Ambos países deseaban el mismo territorio. Israel no pensaba retirarse ante el temor de que Egipto ubicara allí lanzamisiles, por ser un territorio optimo para tal fin. Por su parte, Egipto lo quería recuperar por su implicancia histórica (había sido tierra de dinastías y faraones). La falta de dialogo, la tensión, la no revelación de los intereses -basados en la desconfianza-, limitaba a los países a negociar en base a posiciones fijas, la trampa del ganar-perder, la suma cero.
Solo muchos años después, cuando profundizaron en el para que de lo que quería cada uno, el consenso fue posible: La devolución del territorio con el compromiso de no ubicar bases militares. Este pacto, firmado en 1978, se conoció como el acuerdo de Camp David.
Este ejemplo muestra que es positivo revisar la forma de pensar de tipo “suma cero”.
Puede ocurrir que nos veamos enmarañados en situaciones que ni siquiera se entienden como ganar-perder o perder-ganar. Son circunstancias de reacciones emocionales y escaladas, o bien momentos en el que el ego y sentimientos disfuncionales como el enojo, la culpa o la confusión nos toman y terminamos deseando que la otra persona sea afectada, aun a costa de vernos perjudicados nosotros mismos. Esas situaciones son de tipo perder-perder.
Desde ya, lo mejor es que las cosas que deseemos impliquen un beneficio, no solo para nosotros sino también para otras personas, para la sociedad. Si todo lo que queremos, lo que deseamos, es siempre para uno mismo (¿qué hay de mí?,¿qué hay de mí?); con el tiempo eso nos dejara en las orillas de la depresión. Buscar agrandar la torta para que todos comamos más, siempre será más superador que empujar al de al lado para quedarnos con la porción más grande.
Recordá que:
Los deseos de tipo “solo para mi” (ganar-perder) te dejaran a la larga en un lugar vacío, a diferencia de los deseos que impliquen beneficios para los demás también.

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